En la hora de lamerse las heridas. La UD Logroñés, el próximo rival del CD Calahorra (por @cazurreandoenOK)
Era fácil esperar este partido. Casi desde que sale el calendario supongo a los riojanos marcar con fluorescente este derbi, un partido de los que no hacen afición porque la afición ya existe y macera, a fuego lento, este partido como el suceso, con mayúsculas. Pero este año llega sin vitaminas desde la capital, con las defensas buscando resucitar un cuerpo rojiblanco que recuerda expectativas más que cumplirlas.
Y, en esto, aparece el UDL por Calahorra con el cuchillo entre los dientes y la moral lastrada. Haber caído ante un recién ascendido, y encima, riojano, el Haro Deportivo, no ha supuesto que salten las alarmas, pero sí que algunos comiencen a imaginar de nuevo el desastre habitual de los inicios de Sergio Rodríguez.Y duele. Y mucho. Caer ante los de Miguel Sola, como anticipo de los partidos ante la Cultural y Burgos, puede hacer daño. Pero es que el equipo rojiblanco lleva lamiéndose las heridas desde la salida de Marcos André, un jugador diferencial, de esos capaces de ganar las partidos más por lo emocional que por el resultado. El brasileño era de esos que, con espacio y metros, oxigenaba a los suyos, les hacía salir de la cueva y empujaba al rival a las trincheras. Ahora, no hay nadie que lo haga.
Y eso supone que, para un equipo con una de las medias de edad más altas de la categoría -la pasada semana superaron los 30 ANOS, solo por debajo de La Nucía-, el desgaste sea brutal, atroz, un esfuerzo superlativo en un bloque que aún se busca. Los refuerzos no son de esos que hacen emerger números en campañas de socios. Son jugadores de brega, con nombre escaso pero con ganas de colgar su nombre en la solapa de los grandes. Si restamos a Míchel Zabaco, un central seria duda para el choque que llega de ascender con la Deportiva, el resto tiene más hambre que historia. Por eso, para Sergio la base es la clave y en esa clave se perpetúan errores que todos comentan: equipo muy partido en muchas ocasiones, con líneas muy alejadas y sin un elemento en punta que dé aire al equipo como hacía Marcos André. Si además a Rayco le cuesta recibir entre líneas, desenchufemos la música.
Habrá sido durante la semana clave recuperar aspectos tácticos que les han hundido en este arranque; sobre todo salir del fondo y encontrarse con el medio del campo metros por delante con más cercanía de unos atacantes que no encuentran los pasillos que precisan. Esa dificultad no debe existir ante rivales que proponen, que no se cierran. No veo al Calahorra, invicto de momento, salir a la yugular. Lo imagino esperando y trasladando la presión a los de la capital, un cuadro que aún le pesa un físico lastrado por la escasez de minutos en la pretemporada -ningún jugador acumuló en un partido los 90 minutos completos-.
En su dibujo, el cuadro no ha cambiado nada, sí en los protagonistas. Los laterales son los menos habituales del pasado curso y Lander, al que le costó entrar el pasado año, se ha hecho indiscutible en el puesto de Carles Salvador. Arriba Roni trata de hacer olvidar a Marcos André mientras que Rayco apoya. Sorprende que Ñoño no esté jugando y Errasti sea suplente. Supongo que en breves su reivindicación se muestre en el verde.
