No sé si ya habíamos advertido a nuestros lectores sobre esto: SOMOS DEL RIVER EBRO.
Lo somos desde que, en pretemporada, los vimos empatar contra de Pradejón en el partido menos importante y más difícil disputado jamás conocido. Porque eso es el River: Lucha, creer y pundonor.
Hoy el River Ebro jugaba ante uno de los duelos de los campos de fútbol que más nos gusta visitar, el difícil campo de San Lorenzo; siempre llenos de amarillos peleones, que también creen que lo imposible puede hacerse realidad y que, además, hacen unos bocadillos deliciosos que sientan igual de bien al medio día del domingo que a última hora de la tarde noche del sábado.
Hoy se enfrentaban en San Miguel ambos equipos. En la ida, los de Logroño ganaron por 3-1 y hoy la historia estaba por escribir.
Para intentar ponerla a su favor, el River Ebro, en mitad de “juventudes”, conjuró a su afición. Más bien su afición se conjuró sola porque sentían la necesidad de hacer algo así, de realizar una exposición pública de lo orgullosos que estaban de lo que estos valientes estaban haciendo. V? aturde de blanquirrojos y tomar las calles de Rincón de Soto. Y VAYA SI LO HICIERON.
San Miguel era una fiesta a la que sus jugadores no querían faltar. El River Ebro saca rápido una falta, sorprendiendo a propios, extraños,defensa visitante y hasta prensa e Iñaki introducía en la red el balón. En dos ocasiones más, había podido adelantarse el River Ebro y en el campo esto creaba preocupación “Quién mucho perdona, termina perdiendo” y los locales habían perdonado hasta dos veces al equipo amarillo del barrio logroñés. Este gol ponía calma.
Se llegó al descanso y nada más regresar de él, el centro del campo del equipo rinconero realiza un pase al espacio que Iñaki aprovechó para marcar el segundo de los locales. El sueño estaba mas cerca.
Sin mucha más historia concluyó un partido que permite a los rinconeros seguir soñando con sus planes de viaje camino a los sueños. «Seguro que, si llegamos, nos golean y no tenemos nada que hacer». O no y, en cualquier caso, de ser asi, que bonito sería vivir por unos indtantes entre los grandes siendo modestos. SÍ. No nos desperteis, seguimos soñando
