Cientos de calagurritanos volvieron a participar en la Magna procesión del Santo Entierro de Calahorra

Si, desde hace años, un evento congrega a tanta gente es la procesión calagurritana. Curiosamente, frente a lo que algunos podrían pensar por el carácter del acto, no todos los que participan en él o acuden como publico, lo hacen por su carácter religioso; sino por el simbolismo de calagurritanismo y la tradición que ello conlleva. Más de 1.600 personas toman parte en la procesión de Viernes Santo. Hoy, mas que nunca, el hecho de que un paso pudiera quedarse sin salir y la respuesta ante ello, lo ponia de manifiesto.
A pesar de ello, desgraciadamente, también están aquellos que participan en ella intentando buscar notoriedad, aprovechando el trabajo que otros han realizado durante años y que, normalmanete no son los que desaparecen tras una capucha portando el peso de la tradicion en sus hombros.
Sea como fuere, de nuevo todos los pasos volvieron a salir esta noche a la calle jaleados por el silencio de cientos de fieles a su paso porque, en una sociedad tan ruidosa como la nuestra, no hay un sonido que más estremezca que el silencio; ese respetuoso silencio que, ante a los tambores, ha vuelto a recorrer las calles calagurritanas.
Que la semana santa calagurritana esté declarada de interés nacional no es exclusivo de sus actos, obras o representaciones. También lo es de todos los que desde uno u otro lado participan en ellas; portando los pasos, representando sus actos, vistiéndose de romanos, sanedries, pueblo o esclavos o tocando los bombos o tambores. También es obra de aquellos que participan desde fuera respetuosamente en sus actos. Lo es del estremecedor respeto y participacion que recorre sus calles; lo es de los calagurritanos; su calagurritanisno, como le gusta decir al amigo Héctor Merino; y lo es de Calahorra.
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