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Casi 950 calagurritanos se han beneficiado de la actividad de Cáritas durante la pandemia

Cáritas Interparroquial de Calahorra ha realizado un balance de su actividad durante el estado de alarma. Según afirman, esta entidad se adelantó al estado de Alarma y comenzó con las medidas de protección ante el COVID-19 el miércoles 11 de marzo. Con el objetivo de seguir atendiendo a las personas más vulnerables, pero al mismo tiempo proteger a los voluntarios con factor de riesgo, la acogida pasó a realizarse por la técnico de Cáritas en Rioja Baja; Irene Eguizábal. Desde el primer momento se ha atendido a las personas de manera presencial, pero con cita previa y con las medidas sanitarias pertinentes.

Desde entonces y hasta el 12 de junio, se han atendido 328 llamadas telefónicas, realizado 339 intervenciones y se han beneficiado 941 personas.

Las primeras demandas eran sobre todo para solicitar alimentos, aunque a medida que pasaban los días, las solicitudes para ayudas del pago de alquiler y suministros han ido en aumento.

Si bien Cáritas no reparte alimentos de manera ordinaria, puesto que su forma de funcionamiento es la recogida y posterior derivación a las Conferencia de San Vicente de Paúl; gracias a las donaciones de empresas y gente particular, en estos tres meses se han repartido 161 lotes de alimentos y entregado 3.078 euros para la compra de alimentos de primera necesidad.

Para hacer frente a la situación de necesidad por la que han pasado muchas personas a lo largo de estas semanas, se han entregado 2.700 euros del fondo de solidaridad, esto es, unas ayudas económicas que en 2008 creó Don Juan José Omella para paliar los efectos de la crisis económica, y que en este año, el importe para este proyecto ha incrementado sus fondos ante la nueva situación del país y la realidad de muchas personas.

La partida más elevada en cuanto a gasto económico se refiere ha ido dirigida al pago de alquileres, lo que ha supuesto 8.040 euros y 1.133,40 euros para el pago de suministros. Además, se han entregado 47 vales de butano.

Por otro lado, se ha hecho entrega de 18 botes de leche de continuación y se han entregado 95 euros para la compra de leche de iniciación. En esta línea, se han entregado también 35 paquetes de pañales. El gasto de farmacia ha aumentado a 385 euros y los viajes de autobús a 176 euros.

Durante estas catorce semanas se ha seguido ayudando a personas que acudían de manera habitual a Cáritas y han seguido haciendo en la situación del covid-19; pero también personas que se encontraban en una situación normalizada, que nunca habían se habían acercado a Cáritas y que han sufrido un ERTE en su trabajo o, en el peor de los casos, un despido laboral y no tienen ingresos para hacer frente a los pagos ordinarios.

Además también han pasado por Caritas personas en situación irregular que han visto como, a raíz de decretarse el estado de alarma, se han quedado sin una fuente de ingresos, ya que la mayoría trabajaban en la economía sumergida. Estos últimos, han crecido exponencialmente si lo comparamos con meses anteriores. En este caso, estas personas no pueden acceder a ningún tipo de ayuda pública, y gracias a la ayuda de Cáritas están sobrellevando esta situación de la mejor manera posible hasta que se puedan volver a incorporar al mercado laboral.

En su balance, Caritas ha querido agradecer a todas las empresas y personas que han donado recursos, tanto materiales como económicos, para poder hacer frente y dar respuesta a las necesidades de las personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad social.

Desde Cáritas, anuncian, «nos estamos organizando para volver poco a poco a la normalidad y dar respuesta a todas las necesidades que nos van llegando, con la alegría y entrega que caracteriza a todos nuestros voluntarios».

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