Regional

Triunfalismo en La Ribera. (Crónica de Ángel Sedano)

Primera de abono. Tres cuartos de entrada. Toros de Garcigrande y Domingo Hernández bien presentados, bondadosos y de buen juego para la lidia, donde destacó el corrido en quinto lugar su nombre Cazatesoros.

Empezó la feria de San Mateo en una tarde triunfal y triunfalista en la que hubo de todo, bueno, muy bueno y menos bueno.

Urdiales rompió la plaza en una atronadora ovación al termino del paseillo. Logroño quiere a Diego, su torero, nuestro torero, y el porqué está claro, es muy sencillo: por su estetica erguida y de pies muy quietos delante de Basilisco, asi se llamaba el primer toro de la tarde, por su mano baja, su temple, su mando, por su toreo añejo, por su colocación… todo eso enseño Urdiales. Estocada pelín caída, golpe de verduguillo y la primera oreja en el esportón de Urdiales.

Cayetano es un torero especial. Lleva gente a las plazas, tiene sus detractores y sus aferrimos. Lo que está claro es que está de dulce, sabe llevarse al público a su terreno. Unos dirán que torea de salón, aliviado, por afuera sin exigir; otros que torea bien, a cada pase un ‘olé’. Lo que pone a todos de acuerdo es con la tizona, ahí, es un cañón. Oreja en el segundo toro de la tarde.

Gines Marín, el tercero de la terna, tuvo un toro incierto, complicado y rebrincado por ese pitón izquierdo; un toro que pidió un esfuerzo extra. Lo pasaportó con una buena estocada. Oreja.

El cuarto toro fue un toro descastado, un toro que en el segundo muletazo se queria ir. Urdiales le cambio los terrenos, busco acoplamiento a la querencia de la tablas y ahi le robo un par de series. Solo Urdiales vio lo que podia dar ese toro al que finiquito de una estocada, Oreja la segunda de su tarde.

El quinto se llamaba Cazatesoros. Toro feote, protestado por algún sector del público. Cazatesoros fue un gran toro que cayó en manos de Cayetano. Conclusión: faena para el público, rodillas en tierra, pases mirando al tendido, poses… hasta sacó esa mano derecha poderosa y baja. Estocada, dos orejas y puerta Grande.

Ginés Marín malogró con los aceros lo que pudo ser otro trofeo en este sexto toro.

Tarde de triunfalismo en la Ribera, unos veran excesivas las orejas concedidas; otros se quejaran del simulacro en la suerte de picar, sobretodo en el segundo encuentro con el caballo; otros del polvo levantado que hizo regar dos veces al operario de la plaza.

Mikel se ira contento, Urdiales le brindo el primer toro; otros dirán que este no es el camino para una plaza como Logroño. Yo me quedo con esa gente joven que esta yendo a la Ribera, con ese cambio generacional en los tendidos, tan positivo para la fiesta, y quiero divertirme como lo hice ayer en una tarde triunfalista en la Ribera.

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