(Crónica de Ángel Sedano)
Comenzó diciembre recibiendo en Las Gaunas al «Sanse». Perdonen ustedes, pero me gusta mas ese nombre que Real Sociedad «B», un nombre y un invento muy del fútbol moderno.
Tarde espectacular para ser diciembre. No hacía mucho frío y el talismán del invierno no estaba, una manta de Pitufina rosa que lleva la mamá de María del Carmen, mal augurio.
Como las cagarrutas de los pájaros que inundan las butacas del Fondo Sur de Las Gaunas, otro mal augurio que nos dejaban intuir que la racha de victorias en Las Gaunas se podía romper hoy.
Empezó el partido eléctrico. La UD Logroñés salía muy directa y se generaron un par de ocasiones; pero la primera que tuvo el «Sanse» la clavó. Thior metió un gol que dejó helada a la grada, lo injusto a veces del fútbol.
La UD Logroñés tenía que remar contra viento y marea. El equipo hizo suyos la actitud, la verticalidad, el derroche físico, el tesón.
Se dejaron todo en este primer tiempo entretenido de ida y vuelta; pero se llegó al descanso con el 0-1 injusto con el fútbol y los méritos contraidos por los locales.
El segundo tiempo empezó espeso, un ida y vuelta pero con poco peligro en las áreas rivales. Los locales lo intentaron al espacio con un Salvador en estado de gracia y de fútbol; hasta que en una jugada aislada apareció el 9, el killer, el delantero centro Ander Vitoria que colocó el empate a uno. Y aún se pudo ganar; aunque el meta del «Sanse», Zubiaurre, hizo dos paradones para dar vida a su equipo.
Empate al final del partido, con dos equipos que fueron generosos con el fútbol, generosos en el esfuerzo. A veces, cuando no se puede ganar, lo que importa es sumar y más cuando tu equipo da la cara y se deja todo para conseguir el triunfo. Empate justo. Empate con gusto a todo.
Posdata para la mamá de María del Carmen: lleva esa manta, que habrá llegado el invierno y es uno de esos talismanes que traen suerte
