Un extraordinario Haro Deportivo cae contra un Osasuna al que puso contra las cuerdas

Disfrutar, esa era la consigna del Haro Deportivo. Disfrutar del partido, del momento, del ambiente, de esta oportunidad. Hace un año el Haro Deportivo jugaba ante el CD Autol, hoy contra CA Osasuna. Entonces no le temblaron las piernas, hoy aún menos.
Disfrutaron los jugadores sobre el campo, disfrutaron los aficionados en la grada, disfrutaron aquellos que lo vieron en los televisores.
Haro, la capital del Rioja, era esta mañana en la capital del fútbol. Y fútbol, mucho fútbol, es lo que los jarreros y los pamplonicas nos ofrecieron.
Se enfrentaban un equipo de primera división y un equipo de Segunda B. Los navarros eran claros favoritos en un encuentro en el que los riojanos fueron más que dignos oponentes.
En la primera mitad fueron mejores los rojillos, en la segunda fueron algo mejores los blanquinegros que hicieron soñar a su afición cuando entre Óscar Loza y Mikel Bueno enviaron el esférico a la red. Soñaba el Mazo.
Gente del Haro, guardadlo, vale ORO. https://t.co/1G4elPCfw5
— Haro Deportivo (@HaroDeportivo) January 11, 2020
Iagoba Arrasate reaccionó rápido y mandó al campo a Chimy Ávila y Adrián y un minuto, sólo un minuto, tardó Osasuna en igualar la contienda por mediación de Nacho Vidal. Roberto Torres salió detrás y en el 89, cuando los goles duelen y no te dejan ver lo que has logrado y demostrado en los 88 minutos anteriores, Chimy Ávila sentenció el encuentro y al Haro Deportivo evitando la prórroga.
Así terminó el encuentro y ambas aficiones de despidieron, entre aplausos, de un partido en el que los locales volvieron a demostrar que eran capaces de competir extraordinariamente con cualquier equipo que se les pusiera por delante.
Decía en la rueda de prensa Aitor Calle que el fútbol son resultados y que ese no les ha sido favorable. Pero no hay que olvidar que el fútbol también son sensaciones que te conducen a sacar resultados y de todas esas sensaciones positivas ha dado buena cuenta hoy el Haro Deportivo.
Perder es duro y difícil y puede que por eso cueste algo más darse cuenta en su justa medida de lo extraordinariamente orgulloso que debe de estarse de lo ocurrido hoy en el Mazo