Gonzalo y Andrea Pereira son FÚTBOL. Un mundo tan igual y a la vez tan diferente.

Andrea Pereira Cejudo tiene 25 años y juega en el FC Barcelona y es bicampeona de liga en las dos últimas temporadas con el Atlético de Madrid.
Gonzalo Pereira Cejudo, tiene 22 años y, a pesar de su corta edad, ya ha debutado en Segunda División con el Reus y milita en este momento en el CD Calahorra.
Andrea y Gonzalo son hermanos y cuando Andrea nació Mia Hann era una de las mejores jugadoras del mundo aunque hasta 2016 la FIFA no creó unos premios que reconocieran a la mejor mujer futbolista (La primera fue Carli Lloyd). Cuando Gonzalo nació Ronaldo era el mejor jugador del mundo y los futbolistas masculinos llevaban 15 años recogiendo este premio (el primero fue Paolo Rossi)
Andrea Pereira debutó en 2011 en el RCD Espanyol con el que ganó, un año después, la Copa de la Reina. En 2016 recaló en el Atleti, equipo con el que obtuvo dos ligas. Ahora juega en el FC Barcelona. Es titular indiscutible e internacional con la selección absoluta.
Hoy; gracias a que Vero Boquete, quien tuvo que salir de España porque el fútbol en España a penas permitía jugar a las chicas, inició una campaña para que EA Sport FIFA incluyera jugadoras femeninas; Andrea Pereira tiene su ficha y jugadora en este juego. Gonzalo Pereira también lo ha tenido.
Hoy hablamos con Gonzalo Pereira, quien nos cuenta como fue su infancia con una hermana que jugaba al fútbol; esa infancia en un mundo tan igual y a la vez tan diferente.
Ahora el fútbol femenino está de moda; sin embargo, no lo estaba hace 20 años. Desde el núcleo familiar ¿cómo reaccionaron cuando tú hermana dijo que también quería jugar a fútbol?
Cuando yo nací, mi hermana ya le daba patadas a un balón con mi padre y cuando ella empezó a jugar a fútbol yo tenía dos años. Empezó a jugar desde muy pequeña y yo, al principio, jugaba con ella.
Mis padres siempre nos han apoyado mucho en nuestra afición por el fútbol, tanto a Andrea como a mi.
¿Dónde comenzó jugando tu hermana?
Cuando estábamos en el colegio, al principio, no había equipos femeninos; así que jugaba con chicos en equipos de chicos hasta que, llegadas a una edad, mi padre decidió que, por un tema de fuerza física, no debía seguir jugando con ellos ya que podrían hacerle daño.
Entonces, tuvo la suerte de que otras chicas se animaron a jugar y el colegio creó un club femenino en el que pudo seguir desarrollándose y disfrutando de lo que le gustaba.
¿Era fácil tener una hermana que jugará a fútbol? ¿Lo sigue siendo a día de hoy?
Sí, claro que lo era. Yo he jugado mucho con mi hermana ya que compartíamos una pasión que nos unía. Luego, siempre hay gente intolerante; pero, a esa gente los escuchas si quieres y si no, no; y yo siempre opté por no oírlos y estar con mi hermana.
¿Qué diferencias sigue habiendo entre el fútbol masculino y femenino?
No hay diferencias, más allá de las salariales y la profesionalización de los jugadores. Tal vez el fútbol femenino se juega a otro ritmo, más despacio por cuestiones de potencia física; aunque es el mismo deporte y es igual de bonito.
Además, el fútbol femenino es un deporte muy limpio y noble, tanto dentro como fuera del terreno de juego. En la grada, aunque cada uno anima a su equipo, los espectadores disfrutan de los dos. No hay ultras violentos que enturbien el deporte.
Un amigo muy futbolero comentaba el otro día que el fútbol de primer nivel se ha convertido en un espectáculo de tal calibre que, igual, la única esencia que queda del fútbol está en el femenino ¿qué opinas de ello?
Que puede ser que, en cierto modo, tenga razón. En el fútbol profesional, de primera, con los sueldo millonarios que existen, ya hay muchos jugadores que juegan por dinero mientras que el fútbol femenino mantiene la esencia de jugar por pasión, y eso es lo bonito del fútbol.
¿Te gusta el fútbol femenino?, ¿Ves fútbol femenino?
Me gusta el fútbol femenino y lo sigo. Además, siempre he seguido los partidos de mi hermana por todos los campos.
El fútbol femenino está ahora de moda pero hubo un tiempo en el que jugar al fútbol femenino no era fácil.
Poco a poco van conquistando esos espacios; poco a poco, el fútbol femenino, va ganando terreno. La igualdad está lejos y puede que nosotros no la veamos; pero es hacia dónde hay que seguir caminando y trabajando por llegar.
Lo que pasó el otro día en el Wanda fue precioso, que más de sesenta mil personas acudieran a un partido femenino y animarán a su equipo desde el respeto al rival es espectacular y ojalá muchos equipos tomen ejemplo y sigan abriendo sus estadios al fútbol femenino.
Además, también hemos tenido tiempo para comentar con Gonzalo Pereira su llegada a Calahorra.
Fue algo extraño. Había habido contactos previos con el club y la oferta resultaba muy interesante, ya que la apuesta por el equipo y el proyecto era seria. Además, me trasmitieron que necesitaban un jugador con mi perfil y con mis características.
En Reus nos hicieron creer que asumirían sus compromisos con nosotros y no podíamos salir. Nos contaron cosas que no eran y que nunca llegaron. Además, yo necesitaba jugar. Nunca dejé de entrenar; pero yo necesitaba y quería jugar.
Cerrado el mercado de invierno, me llamó mi representante y me dijo: haz las maletas, que nos vamos a Calahorra.
Siempre te planteas que si algún día tienes que salir de casa, de tu “zona de confort”, por tu pasión, lo harás. Pero, cuando llega el momento, no es tan fácil.
Vine en coche con mi padre y él se fue y yo me quedé. De pronto estaba aquí, solo. Pero la verdad es que pronto dejé de sentirme así porque, desde el primer momento, mis compañeros y el resto del equipo me acogieron como uno más y me hicieron sentir como en casa.
¿En el plano deportivo, cómo ha sido tú llegada?
Yo quería jugar y aquí estoy jugando. La apuesta era firme y, el hecho de que contaran conmigo como titular en mi llegada fue muy importante. Por desgracia, me lesioné en ese partido y tuve que parar; pero, tuve la fortuna de que el entrenador volviera a contar conmigo para el once en mi regreso.
Firmaste un partidazo, por cierto.
Muchas gracias, aunque pienso que el partidazo fue de todo el equipo. Creo que el partido era para llevarnos al menos un empate, y que debemos jugar así todos los partidos para conseguir el objetivo, que es para lo que estoy aquí, para ayudar al equipo a conseguirlo
¿Qué te pareció el público calagurritano?
Me habían dicho que la gente aquí iba al fútbol; pero lo que vi el otro día no me lo esperaba, con un campo tan abarrotado y, sobretodo, ese fondo de la Crianza Rojilla que no dejó de empujar en ningún momentos del encuentro.
En las dos últimas oportunidades que el equipo tuvo con el tiempo cumplido pensé “si marcamos, se cae el estadio”